top of page

Ya nadie leyó a Neruda

Por Nacho Gomes

     Vivimos tiempos emoticones en nuestra modernidad líquida, como la llamaría Bauman. Épocas en las que somos austeros con las palabras y economizamos el lenguaje sin ponernos colorados, aunque pa’ todo lo otro reine el despilfarro. En este siglo XXI cuanto más solo estás más vivo sos y así seguimos sumando motivos para que ya nadie hable de amor. Todos nos negamos a decir la ilusión, a encarnar el sentir desbordante con un poemita de mala muerte, ninguno se anima a poner cara de pelotudo mientras mira a su respectivo objeto del deseo y algunos sienten vergüenza al pronunciar el verbo militar; verbo que hasta hace unas poquitas décadas era sinónimo del amor más altruista. 

     Como será que ya nadie lee a Neruda y los muchos que sí lo hicieron niegan haber padecido tan abominable hábito. (Abro paréntesis y digo que, además de ser un fenómeno editorial, para mí Don Pablo era un pelele no por hablar de amor, sino por degradarlo con empalago planificado). Cerrado el paréntesis y finalizada esta digresión, innecesaria pero imperiosa, ratifico que hoy nadie abre un libro de Don Pablo no por discrepancia poética sino porque el mandato implícito de dios mercado es evitar cualquier sobredosis de idealismo; no dejan de leerlo porque les resulte deplorable su estética rompe ojos; dejan de leerlo (o dicen haber dejado) porque queda feo curtir a un romanticón y como si fuese poco a un comunacho.   

     Otro de los motivos por los que Don Pablo ha dejado de ser popular para transformarse en indeseable es que ahora la mayoría juran ser adalides del pragmatismo descarnado. Hete aquí nosotros los avanzados, viviendo en la cárcel de la superación personal, deambulando entre sus barrotes dorados, orgullosos y enclaustrados. Hete aquí nosotros, realistas ante todas las cosas, verdaderos ejemplos de adaptación que hemos incorporado, con disciplina y abnegación, el Réquiem de Lo Nuevo y lo Productivo. Vaya metas hemos alcanzado: no leer más a Neruda, escribir sin letras y mandar por whatsapp corazoncitos o manitos con la V de la victoria. 

     Somos soldados de la evolución, artistas exclusivos de la virtualidad, esclavos mega terrenales en el palacete de los desahuciados. Cumpliendo a las mil maravillas la receta de la obediencia sepulcral; pero creyendo ser rebeldes por haber cambiado a Neruda por Kiyosaki (autor del inefable Padre rico, padre pobre). Nos clavaron, como si se tratase de un miembro duro, grueso y venoso, el chip de la fórmula mágica. Y es gracias a tan mágica fórmula que ya no nos animamos a pronunciar el amor, a ejercerlo, a suspirarlo, a recitarlo, a sufrirlo. Hemos renunciado a la utopía versificada y aceptamos con resignación la evidencia de la materia, la obviedad del hecho fáctico que ni siquiera es fáctico. Nos hemos entregado, como expertos papanatas, a la proeza del número estúpido. Eso sí, vuelvo y repito; ya no leemos a Neruda ni a Galeano, ni llevamos el grito al cielo, ni militamos lo que soñamos; somos los perfectos alumnos de los alumnos de Gregorio Samsa, somos los escombros de la oferta y la demanda.  

 

     

Teléfono

(+598)98-888-452

Revista "Barro", Uruguay

E-mail

Conectemos

  • LinkedIn
  • Instagram

2025. Todos los derechos reservados

bottom of page