39 en el mundo
Por Bárbara Pan
El idiota
Le dicen nuez vacía, tierra infértil,
musculoso árbol de navidad.
Despierto para lo arbitrario,
tonto como una pasa.
Despertó la saña,
sin concebir repercusión.
El idiota otra mañana ve,
ignora los verbos y los versos,
ignora la aritmética y el sexo
Ignaro, ignómine, indómito
Tan amante fallido como rival inútil
No amas ni peleas.
No acaricias ni rasguñas.
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Si pudiera prolongar
esos segundos de hálito
efectuarlos canon,
que no se te olviden,
ablandar la acritud,
estirar la caricia,
esquivar las pecas;
no tendría más
lunas de encono
para nada sacro.
Para diluirnos.
1603
El proceso de intimidación
comenzó con la blancura de las paredes.
Donde se entretejen los discursos del amor
forzados por la cotidianeidad
irrumpe la novedad más segura
que consistente.
Se abrió en mí el dolor exagerado
de la traición no evidente
y advertí para siempre: la ausencia crea castillos.
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Respirar como una bombilla tapada
con el deseo atravesado.
Frustrada, intermedia, agazapada.
Con los músculos congelados
esperando el salto que nunca sucederá.
Combiquio
Afecto puro y patético que refuerza
el temor de olvidar los ojos amados,
espejo infiel y asimétrico
que hiere cuando mira y destruye cuando no.
Fantasma del futuro que transporta
mis confidencias infantiles,
hambrientas de equivalencia,
cristalizadas en el eterno retorno.
Existencia sin potencial,
nada más que una asíntota.